miércoles, 22 de octubre de 2014

Erre A Pe

Llevo demasiado tiempo sin escribir nada aquí. Incluso mas tiempo he pasado sin prestarle atención al "Rap" español, si es que le podemos seguir llamando así.
Puede que sea porque empece a escuchar rap a finales de los noventa/principios de los dosmil y me quede atascado en esa época. Puede que sea por mi forma de ver la vida, o directamente por mi forma de vivirla, pero esto se nos esta llendo de las manos.
Me he pasado la ultima hora y media entre webs/blogs de "Rap" español, y tengo que admitir, que me da vergüenza ver en que se a convertido esto que muchos consideramos algo mas que una moda. No he visto mas que uno o dos temas en los que había algo de sustancia, algo de corazón volcado en las letras.
Todos los demás no son mas que copias de copias de copias. Gordos que riman con el mismo estilo y voz que Big Pun o Fat Joe. Tatuajes con piernas que quieren emular a Capone. Otros con sus bucket hats queriendo ser Schoolboy Q, mientras su "bro" hace como que es Juicy J.
Donde están los Don Diegos, los Javier Ibarra, los Alberto Gambino, los Gordo Master. Donde están los que escribían con el corazón, la cabeza y sus experiencias. Donde están los que utilizaban el bolígrafo y el micro como salida a sus paranoias, amores, desamores y criticas. Donde están esos escritores que no necesitan unas Jordan, cadena de oro y hablar de cuanto se colocan y cuanto follan.

Donde estáis?

"Habeis dejado huerfano al microfono."

viernes, 23 de mayo de 2014

Esti

En realidad no hacia tanto tiempo que te conocia, ni nos conociamos tan a fondo como te conocian otras personas, pero eso no quita el hecho de que te tuviese un aprecio muy especial desde el primer dia.
No podia pasar una sola conversacion sin bromear contigo. Me dedicaba a vacilarte la mitad del tiempo por esa cabeza loca, esa sonrisa contagiosa y la cara de niña buena que tenias.
Siempre era una agradable sorpresa encontrarme contigo en el tren, saludarte cuando bajabas de el o un simple empujon y sacarte la lengua de fiesta. Porque tras ponerme esa cara de niña pequeña enfadada terminabas sacando esa sonrisa que a todos nos encantaba.
Te vamos a echar mucho de menos.